Ana de Alvear
Ana de Alvear utiliza arquetipos, centrándose especialmente en la autoestima y su desarrollo. Estos arquetipos se utilizan para facilitar su identificación o rechazo en el espectador, quien está condenado a tener que superar su reticencia para llegar a la sabiduría fundamental de su propia identidad. El espectador se involucra en un diálogo que transforma su percepción física y espiritual, desafiando sus sentimientos arquetípicos al separar los elementos de la realidad a los que pertenecen, cambiando su significado intrínseco. A través de relatos visuales, se invita al espectador a encontrar los límites de sí mismo, teniendo la oportunidad de moverse desde su entorno habitual o zona de confort. Se lleva al espectador a reflexionar sobre sus propios prototipos visuales y sus arquetipos respecto a "el niño" o "el adulto", pudiendo así resolver este paradigma de manera individual.
Utilizando recursos encontrados en obras clásicas o temas, ella usa animales de peluche y otros tipos de juguetes, que simbólicamente representan el abuso infantil, porque si matáramos a un animal de peluche, lo que estaríamos matando sería la inocencia, el juego, la infancia... Las plantas e insectos también son falsos, lo que paradójicamente hace que todo parezca muerto, como si nunca hubiera vivido, y, al hacerlo, invita al espectador a repensar lo que ve, en lugar de conformarse con la primera impresión. Al mismo tiempo, la fascinación en el sentido estético de la simplicidad, donde microcosmos y macrocosmos interactúan dentro de una poética intercambiable, hace posible esta metamorfosis, introduciendo al público en un espacio poético lleno de emociones. Adaptándose específicamente a cada espacio, su obra se basa principalmente en instalaciones multidisciplinarias donde los nuevos materiales y medios experimentales desempeñan un papel fundamental, considerándolos parte del diálogo. Obras pictóricas como "Érase una vez... y ahora qué", en las que se cuestiona el futuro de la naturaleza, han sido expuestas en Museos de Ciencias Naturales y Jardines Botánicos donde el público de cualquier edad podría reflexionar sobre su responsabilidad respecto a las futuras generaciones. Especializada en dibujos de gran formato, sus Galaxias de 3 x 7 metros han sido expuestas en varias ocasiones en diversos espacios como el Centro de Arte Alcobendas en Madrid, la Catedral de Cuenca o el Museo de Arte de San Diego en EE.UU.