En el museo del reloj Antiguo
¿Que tienen en común un espejo, un reloj y una moneda? Cada uno a su manera apuntan hacia algo, una imagen, un tiempo, un valor y sin embargo la coincidencia no termina de producirse.
El espejo te muestra una imagen invertida y parcial de las cosas, el reloj apunta a una cifra que es a la vez presente, pasado y futuro, la moneda contiene un valor que no deja de ser otorgado, simbólico.
Jorge Diezma emplea técnicas y gramáticas del arte barroco con las que representa al óleo objetos de dudosa procedencia y valor envolviéndolos en una profunda y trabajada oscuridad.
En el museo del reloj antiguo, rodeados de engranajes tan anacrónicos como la propia pintura, Jorge Diezma nos anima a visitar alguno de los lugares comunes del arte para vislumbrar así la sombra de nuestro tiempo y recordarnos que en cada objeto acecha un infinito, una riqueza insondable.
Concebida y realizada específicamente para ser expuesta en el museo subterráneo de Grassy, Diezma elabora una pintura que es a la vez espejo cóncavo, reloj parado, y cripto-moneda.
Jacobo Fitz-James Stuart